
La discusión se distrajo incluso para poner en calidad de “denunciados” a los “denunciantes”, y se acusó al ex ministro Fernando Rospigliosi, al ex procurador José Ugaz y la periodista Rosa María Palacios de estar detrás de la violación del secreto de las comunicaciones.
El ex defensor del Pueblo, Walter Albán, conversó con Ideeleradio sobre este escenario y cuestionó parte del proyecto de ley del Ejecutivo que propone modificar el Código Penal e incorporar agravantes a los delitos relacionados con la interceptación telefónica. Albán Peralta estimó que la norma sería una espada de Damocles para los periodistas que difundan audios o información que se derive de estos procedimientos ilícitos realizado por terceros.

El periodista Gustavo Gorriti, añade a su turno que la investigación que realice el Ministerio Público en torno al chuponeo telefónico, no debe dejar de lado la indagación de los delitos conexos que evidenciarían tanto, los audios que revelan el caso irregular de la petrolera Discover Petroleum, como los que fueron incautados a Busisness Track, empresa del ex capitán de navío Elías Ponce Feijoo, o los que entregó el periodista Pablo O’Brien.

El Caso “Petrogate” parece ser parte del silencio gubernamental y es a su vez, un tema de investigación obligatoria para las autoridades judiciales y el contexto en que se mueve el espionaje empresarial. El ex ministro de Justicia, Diego García Sayán, dijo al respecto que se debe indagar la presunta vinculación entre el vicepresidente Luis Giampietri y Elías Ponce Feijoo, un ex marino vinculado a Antonio Ibárcena, ex comandante general de la Marina. Ello en el marco de la denuncia que hizo el congresista Víctor Andrés García Belaunde, sobre el intento que haría el fujimorismo para recuperar núcleos de poder que tuvieron en los noventa.

García Sayán indicó que el análisis de García Belaunde debería también ser materia de una indagación, por cuanto se está advirtiendo la posibilidad de que un grupo reaccionario de la Marina de Guerra pretenda dar un golpe de Estado, tras la aparición de más audios que registran conversaciones sobre presuntos tráficos de influencias.
Al ex procurador José Ugaz Sánchez Moreno le preocupa el radio de acción de esta mafia del espionaje, por cuanto la violación del secreto de las comunicaciones no se agota en el tema de los petroaudios, sino que abarca una presencia múltiple en distintos rubros, algunos de los cuales tendría que ver con los intereses del Estado. Al letrado, le llama a sospecha, además, el aislamiento de los implicados en este caso, como si se tratara de evitar que estos digan la verdad.

Ugaz Sánchez Moreno no descartó tampoco la posibilidad de que algunos estudios de abogados utilicen las prácticas de interceptación telefónica, para obtener información en cuanto a los casos que ventilan ante el Poder Judicial.
La corrupción que utiliza el chuponeo o la interceptación vinculada al chantaje, parece haberse visto golpeada, al punto que la Fiscal de la Nación, Gladys Echaíz, fue víctima de un atentado que mereció el rechazo de todos los sectores políticos y no gubernamentales. David Lovatón, director del Instituto de Defensa Legal (IDL) respaldó, en ese contexto, el trabajo de la titular del Ministerio Público.

La interceptación telefónica es una actividad sumamente grave, que no debe distraer la mirada en torno a los escandalosos casos de corrupción. Tanto, las autoridades políticas, como los operadores judiciales, deben reflexionar en torno a estos rezagos del régimen fujimontesinista que pretenden nuevamente jaquear las instituciones y el sistema democrático.